Las
calurosas temperaturas durante el verano rompieron récord en distintas partes
del mundo y seguirán presentes en esta época del año, en la que se puede sufrir
el Trastorno Afectivo Estacional
Si nos
preguntaran qué es lo que más identificamos con el otoño, las respuestas más
probables están relacionadas a lluvias, suéteres, la caída de las hojas y una
taza del chocolate caliente de su preferencia.
Sin
embargo, a raíz del calentamiento global, la imagen que se vinculará con la
estación del año que llegó este fin de semana será de pantalones cortos y
bebidas refrescantes.
Y
es que en algunas partes del mundo el verano rompió récords históricos con olas
de calor y cambios de temperatura bruscos (sin contar fenómenos como sequías y
huracanes).
De
hecho, de acuerdo a estadísticas de la Administración Nacional de la
Aeronáutica y del Espacio (NASA), durante el mes de julio de este año se
registró el récord de temperatura en 137 años, tomando en cuenta que 2016 es de
los años más calurosos desde 1880. Es decir que 16 de los años que llevamos del
siglo 21 –de los 17– ha sido los más cálidos.
Este
año, la Ciudad de México superó récords históricos de calor, alcanzando
temperaturas más altas que los 30 grados centígrados, según Servicio Meteorológico
Nacional.
Este
otoño constará de 89 días y 20 horas, culminando el 21 de diciembre, fecha en
que comenzará la época de invierno, según el el Instituto Geográfico Nacional
(IGN).
El
IGN precisó que no se esperan eclipses pero que el cielo tendrá la presencia de
Marte, Venus, Saturno y Júpiter.
Por
su parte, la Agencia Estatal de Meteoro logía (Aemet) señaló que el cálido
otoño en lugares como Madrid destacará por temperaturas más altas de lo normal.
Los
cambios bruscos de temperatura y el desfase de las estaciones, generó memes en
los que las personas utilizan una bota en un pie y una sandalia en el otro
“Si
no puedes dormir bien en la noche (en otoño), existe una buena probabilidad de
que te sentirás deprimido”
–
Richard F. Lockey
Alergólogo
Lluvia,
sol y granizo
Las
cintas sobre las consecuencias derivadas del calentamiento global estarán “al
grito de la moda” y una de ellas es “Geostorm”, la cual mostrará los fenómenos
naturales y los planes de los seres humanos para enfrentarlos. Su estreno está
programado para el 19 de octubre.
Virus
y alergias
El
otoño también es una de las temporadas en las que “florecen” las alergias, los
virus y las bacterias. Aún sin entrar el frío invierno, es común ver a personas
con el pañuelo en la oficina o asientos vacíos en las primarias, pues los
pequeños faltan a clases para recuperarse de los resfriados.
Y
es que al igual que con la astenia primaveral, en la que los cambios de horario
y la presión atmosférica provocan el aumento de la temperatura y la humedad,
“en el otoño los días se acortan y el reloj biológico debe adaptarse a los
cambios de luz, lo que produce síntomas como tristeza, irritabilidad, falta de
concentración, menos apetito, menor deseo sexual y baja tensión”, dice Darío
Fernández Delgado, médico de familia del centro de salud Los Ángeles.
Richard
F. Lockey, director de la división de alergias e inmunología de la Universidad
del Sur de Florida, en Tampa, dice que “si no puedes respirar a través de
tu nariz, si tienes dolor de cabeza, si no puedes dormir bien en la noche,
existe una buena probabilidad de que te sentirás deprimido”.
Los
casos no siempre son de gripe, también pueden ser de alergias, cuyos síntomas
son muy similares.
Al
combo se le agrega un verano que no se va y un calor que no cede, lo que
aumenta el riesgo del desarrollo de enfermedades, por los cambios bruscos de
temperatura.
Y
si el verano se esfuma –finalmente– y el otoño le da la bienvenida al invierno,
algunas de las enfermedades estacionales que debes prevenir son resfriado o
gripe, amigdalitis, bronquitis, asma, norovirus, otitis, herpes labial y
artritis.
El
calentamiento de la Tierra ha provocado que se alteren las temperaturas y
cambie la temporada de lluvia
Ojo,
defensas
Ante
la tragedia provocada por el sismo en México, muchas personas enfrentarán al
estrés post-traumático, lo que afecta sus defensas y con ello aumenta el riesgo
de enfermarse y de propagar los virus.
Para
prevenirlo, se recomienda la atención médica profesional a víctimas y el
cuidado con el consumo de vitaminas.
¿Y
el suéter?
El
otoño no solamente está considerado la “sweater weather”, que en español se
traduce como la “temporada de suéter”. También es una estación en la que solían
llegar las lluvias y comenzaba el descenso del termómetro.
El
cielo se tornará gris –tarde que temprano, en algunas partes del planeta– y con
eso empezarán a presentarse casos de “depresión estacional” y del Seasonal
Affective –or mood– Disorder (SAD), que en español se entiende como Trastorno
Afectivo Estacional y se caracteriza por ser un síndrome afectivo que desata un
patrón de depresión durante cierta época del año. Con mayor incidencia en otoño
e invierno.
Con
el SAD los niveles de energía, los cambios en el humor y hasta la influencia en
los hábitos del sueño se verán afectados, mientras que el cielo grisáceo se
encargará de alterar el ánimo de los seres humanos.
Tampoco
significa que todo aquel que se pone botas de lluvia aunque no llueva y se
compra un café en el Starbucks para calentarse aunque no haga frío sufre de
SAD, ya que esta condición sí se distingue por la aparición de síntomas que
varían de una persona a otra y que son similares al cuadro clínico de una
depresión.
Algunos
síntomas son reducción del interés en las actividades cotidianas, letargo,
disminución del apetito sexual y necesidad de dormir constantemente.
El
SAD es más común entre las personas que tienen entre 18 y 30 años, pero se
puede desarrollar a cualquier edad. A su vez, afecta más a mujeres que a
hombres.
Quienes
sufren cada año por los síntomas del SAD también se ven afectados por la
somnolencia diurna. La hipersomnia se dispara en la gran mayoría de los
pacientes de SAD, específicamente en el 97 por ciento de los casos, según la
psicóloga clínica Lara Hernández.
Las
depresiones estacionales afectan con mayor frecuencia a las mujeres
Abrazos
y selfies
Es
muy fácil distinguir a las personas amantes del otoño, verás que publicarán más
selfies que muestren momentos de reflexión, calma y tranquilidad. También
tristeza.
En
esta época, los “depresivos otoñales” solo necesitan un abrazo, un café y una
selfie.
Tristeza
otoñal
Además
de las condiciones como el SAD –que alteran el estado de ánimo– también está el
Compulsive Fall Disorder (Trastorno Otoñal Compulsivo), el cual hace que
algunas personas sientan un amor sin medida por el otoño. Sí, hay quienes
esperan con ansia verdadera esta estación del año y así lo demuestran inclusive
desde agosto.
Estas
personas se “transforman” en el otoño, comen alimentos de la temporada, se
visten y beben de acuerdo a la misma (y así lo reflejan en sus redes sociales
como Facebook e Instagram).
Expertos
señalan que los “otoñales anónimos” hacen que aumente el streaming de cintas
que aluden a esta temporada.
“En
el otoño los días se acortan y el reloj biológico debe adaptarse a los cambios
de luz, lo que produce síntomas como tristeza, irritabilidad, falta de
concentración, menos apetito, menor deseo sexual y baja tensión”.
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